Un farol de mil colores
adornaba ayer el bosque.
¿Sabe alguien quién lo puso?
¿Cómo se subió allá arriba?
¡Y lo bello que lucía,
con sus velas encendidas!
Parecía cosa de hadas
y era el nido de una avispa.
adornaba ayer el bosque.
¿Sabe alguien quién lo puso?
¿Cómo se subió allá arriba?
¡Y lo bello que lucía,
con sus velas encendidas!
Parecía cosa de hadas
y era el nido de una avispa.
Érase una avispa
vulgar, gorda y lista.
En su basurero
miraba revistas.
"Quiero ser famosa,
cantante o artista
o, al menos -pensó-,
la protagonista
de una narración".
Buscó un periodista
y halló un escritor.
Se coló en su casa...
¡qué persecución!
¿Cómo entendería
ese buen señor
lo que ella quería?
Se posa en sus cejas,
luego en su nariz
-o escribe de ella
o se queda allí-.
El escritor dijo:
"¡Mira que me pica!"
y dio un manotazo
a la pobre avispa.
Pero en ese instante
lo imagina todo.
¡Con qué poca vista,
con qué malos modos
le hizo la entrevista!
Y escribe en un folio:
"Érase una avispa
vulgar, gorda y lista..."
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