En el centro del patio,
bajo la verde parra,
un pozo silencioso
de agua tranquila y clara.
El verano se cuela
entre las verdes ramas
y los racimos nuevos
cuelgan sus rubias lámparas.
¡Qué silencioso el patio,
qué tranquila es el agua!
Agua clara y profunda,
misteriosa y callada.
En el fondo del pozo,
la luna triste y pálida
se refleja de noche
en su espejo de nácar.
En el centro del patio
de aquella vieja casa,
el pozo ya no tiene
agua profunda y clara.
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