Entre montaña y montaña
va saliendo la mañana
sonrosando todo el cielo.
De pronto, asoma su fuego
la alegre bola del sol
derramando su color
dorado sobre la fuente.
Centellea el borde verde,
cuajado de lentejuelas.
Las flores de la pradera
desperezan sus corolas
y de los árboles brotan
hermosas coreografías
que, con gran algarabía,
los pájaros van trenzando.
¡Ya se ha despertado el campo!
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