"¡Lo vendo todo, lo vendo!"
grita un hombre en el mercado.
"¡Vendo tuercas y tornillos,
cerraduras y candados,
bombón helado y barquillos,
alcohol, tiritas y yodo,
camisas y calzoncillos!"
¡De todo, vendo de todo!
Se le acerca una clienta:
"Quiero un bote de silencio,
medio litro de tormenta,
cuatro cajas de buen tiempo,
y un kilo de isla desierta.
Quiero espuma de la playa,
dos botellas de laguna,
un racimo de palabras
y una rodaja de luna".
El hombre del puesto se enfada:
"¡No vendo nada de eso!"
Y ella se marcha diciendo:
"Entonces no vende nada..."
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